lunes, 26 de julio de 2010

Dulce sacerdotisa...



''Ah... menudo día...'' Me dije a mi mismo.

Todo repleto de problemas, líos, y más problemas; en eso consiste ser guardia.

Por fin tengo un rato de permiso, la noche es mi momento.

Es curioso, casualmente, Ved está ahí, al fin una alegría en este día tan ajetreado.

''Bueno, ¿Qué te cuentas?'' pregunté, sin embargo me cortó con un simple ''Shh...'', y la seguí.

Es extraño, me gusta este ambiente, tan callado, silencioso... hemos llegado al parque, y se ha sentado en una esquina, y, como no podía ser de otro modo, fui con ella.

Me sonreía dulcemente, mientras me miraba con sus preciosos ojos grises... ah... son mi debilidad...

Estabamos abrazados el uno al otro, cuando, de pronto, me besó, mientras rodeaba mi cuello con sus brazos... Lo adoro, para mi es de lo más bonito que podría hacer, desde la primera vez que me besó así en la taberna...

Separó sus labios de los míos con una tierna sonrisa, igual que la mía.

Me abracé a ella, tan solo quería mimarla, darle cariño, pues cuando me besa, soy incapaz de pensar en otra cosa.

La besé, no pude resistirme, es tán encantadora... mientras acariciaba suavemente su espalda y su cabello, ondulado, castaño...

Simplemente me encanta, toda ella, sus andares, su voz, su rostro...

Dejé de besarla un momento, sin embargo, ella volvió a besarme, tan dúlcemente...

En estos momentos no sería capaz de negarle nada...

La besé también, se estaba tan bien junto a ella...

Cuando comencé a perder la noción del tiempo que llevaba besándola, me detube, lentamente...

Escuche un suave ''jo...'', ella quería que siguiese, y así lo hice...

Cuando de nuevo me detube, dije en voz baja: ''No quiero que esto acabe nunca...'', y ella, sin dudar un segundo, respondió ''¿Tiene que hacerlo...?''

Continuamos besándonos toda la noche... después de todo, fue un buen día...



















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